11 de febrero de 2011

Bad kids go to hell!



Los niños son esos seres maravillosos que con una sonrisa se hacen querer... las malas lenguas dicen que de pequeños te los comerías de lo monos que son, y de mayores ¡te arrepientes de no habértelos comido!...
Pues eso es lo que me pasó ayer de camino a casa tras mi visita al dentista...
Conduciendo atenta pero sumergida en mis pensamientos, de repente me doy cuenta de que al pasar bajo varios puentes, encima de uno hay un niño mirando la ronda fijamente, él me mira yo lo miro sin esperar nada a cambio, de repente el tío guarro, en cuestión de segundos se saca un pedrusco del bolsillo y me lo tira a la luna del coche con el consiguiente susto y esperpento al colisionar con el cristal. Por suerte para mi dio en el cristal, que no se rompió y no dio en la chapa, que seguramente me hubiera abollado el coche...  para mis adentros un enorme ¡GRA-CIAS! 
En el momento me quedé atónita pero me dio tiempo a reaccionar y ni corta ni perezosa me dispuse a coger la primera salida para dar en el lugar donde se encontraba el niño y COMÉRMELO yo misma con cuchara y tenedor, por no decir otra cosa... en fin... por suerte para el niño y para sus padres, dicha salida no daba al puente y no pude llegar donde se encontraba... ¡maldije a sus padres por no habérselo comido cuando les tocaba! ahora es un auténtico diablo...

A pesar de todo, algún día criaremos a nuestros auténticos diablos, pero a ojos de madre serán auténticos angelitos! el amor es ciego y el de madre MÁS.

Brenda Walsh

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